Termos
Compañeros de aventuras en cada mate

No sé ustedes, pero para mí, los termos son tan importantes como el mate o la yerba cuando de tomar mate se trata. Si el agua no está a la temperatura justa, el mate pierde toda su magia, y eso no se negocia. He aprendido (a veces de la manera difícil) que elegir el termo adecuado no es solo una cuestión de precio, sino de saber qué necesitamos y en qué situaciones lo vamos a usar.
Si estás buscando un termo para el mate o el tereré, acá te voy a contar todo lo que tenés que saber: tipos, materiales, formas, y cómo evitar esos pequeños errores que te pueden arruinar la experiencia.
¿Por qué es tan importante un buen termo?
Te lo digo por experiencia: un mate tibio te arruina el día. Y un mate frío… ni hablar, ¡eso es casi un sacrilegio! Por eso, elegir un termo de buena calidad no es un lujo, es una inversión. Pero ojo, porque «lo barato sale caro», y te lo digo con anécdotas que todavía me hacen reír (o llorar un poco).
Por ejemplo, una vez que fuimos a la playa con mi familia, llevé un termo de vidrio de esos comunes, con un forro de plástico que parecía decente. Error. Apenas llegamos, con el trajín de bajar las cosas y acomodar a los chicos, el termo se rompió. Día uno: sin mate. Compré otro al día siguiente, barato otra vez… y se volvió a romper. Día dos: otra vez sin mate. No aprendí hasta el tercer termo, que también me duró poco. Al final, mi mamá me prestó el suyo de acero inoxidable, y ahí entendí que la calidad importa.
Tipos de termos según el material, la forma y el pico.
¡No todos los termos son iguales! Cada uno de estos aspectos pueden ahcer la diferencia.
Tipos de termos según el material.
Te cuento cuáles son los más comunes y mis opiniones sobre ellos:
- Ventajas: Son resistentes, mantienen la temperatura por horas y duran años si los cuidás.
- Desventajas: Si son de baja calidad, las soldaduras pueden fallar con los golpes, y chau termo.
- Mi experiencia: Son mis favoritos, sobre todo si los usás mucho o en lugares donde un golpe es inevitable.
- Ventajas: Conservan la temperatura de maravilla y no alteran el sabor del agua.
- Desventajas: Son frágiles por dentro. Dependen mucho de la calidad del plástico que protege, se cae y fue.
- Mi experiencia: Si andás mucho de acá para allá (como en mis días de playa), no son la mejor opción.

Termos de Plástico
- Ventajas: Livianos y muy económicos.
- Desventajas: No retienen el calor tanto tiempo, y el agua puede enfriarse si no lo usás rápido. No se consiguen en cualquier parte.
- Mi experiencia: Si no tenés un mango y no hay otra es mejor que nada, pero no los elijas si vas a estar varias horas lejos de casa.

Termos de Telgopor
- Ventajas: Te pueden salvar de un viaje arruinado.
- Desventajas: No son fáciles de conseguir fuera de Argentina y no retienen el calor mucho tiempo.
- Mi experiencia: Si estás de viaje en la ruta, y se te rompió el termo o te lo olvidaste (dios mío), te pueden salvar en la próxima estación de servicio.
Tipos de termos según la forma.
La forma del termo no solo afecta cómo se ve, sino también lo práctico que es en el uso diario. Estas son las opciones más comunes:
Ideales para transportar fácilmente, especialmente si llevás otras cosas en la mano. Son clásicos y muy cómodos. Los modelos mas nuevos, en especial los de acero, vienen con manijas que no están fijas como en los de plástico.
Más compactos y livianos, pero igual de funcionales para llevarlos a todas partes. Te permite un buen agarre en comparación a termos bala que no tienen agarre. Y más si son de baja calidad porque pueden resbalarse de las manos y ¡chau termo!
Modernos y elegantes, no tienen manija y suelen ser más ligeros. Eso sí, cuidado con los de baja calidad porque el exterior puede calentarse demasiado. Son los más cancheros del momento y hay gran variedad.
Diseñado para simplificar aún más la experiencia. Tiene una bombilla integrada que permite tomar directamente desde el termo, sin necesidad de mate aparte. Acá los llamamos «matelisto». Eran malos, pero fueron evolucionando.
Tipos de termos según el pico o tapa.
La tapa o el pico del termo define mucho tu experiencia al cebar. Estos son los principales:
Los picos cebadores y los tapones cebadores fueron evolucionando estos últimos años. Los clásicos de plástico eran algo peligrosos, de la nada podía salir un chorro repentino y chau, te quemabas. Los nuevos permiten controlar mucho mejor el flujo de agua y sn más seguros.
Funcionan presionando un botón que hace salir el agua. Geniales si estás en un lugar fijo y amplio. No son muy cómodos para transportar y necesitan estar apoyados para activar el mecanismo (no te recomiendo que te lo apoyes en las piernas si vas de copiloto, un bache en la ruta y te quemaste la pierna).
Estos tapones mantienen la temperatura por más tiempo. Tenés que presionar el botón del centro para abrir y liberar el agua. En un tiempo fueron bastante comunes, venían en casi todos los termos de acero. Pero con la evolución de estos años, los termos ahora vienen con los nuevos picos o tapones cebadores.
Son muy tradicionales, antes de que se les fueran ocurriendo formas nuevas de cebar. No son muy prácticos, ya que tenés que desenroscar un poco la tapa y probar si así sale bien hasta encontrar el punto justo. Pero si lo dejás desenroscado el agua va perdiendo temperatura.
¿Cómo elegir el mejor termo para vos?
Lo más importante es pensar en el uso que le vas a dar:
- ¿Lo vas a llevar al trabajo o a un viaje largo? Optá por acero inoxidable.
- ¿Es para usar en casa? Podés elegir algo más liviano o un termo con pico cebador.
- ¿Sos de los que toman tereré? Asegurate de que también conserve el agua fría.
Yo aprendí que no hay «el mejor termo para todos», pero sí hay uno perfecto para cada necesidad. Eso sí, no escatimés en calidad. Un buen termo te puede durar años y ahorrarte muchas molestias.
Preguntas Frecuentes
El de acero inoxidable, sin dudas. Es resistente, mantiene la temperatura y es ideal para uso intensivo.
Para mí, los nuevos picos y tepones cebadores son la mejor opción, de los clásicos prefiero el hermético.
Sí, pero no retienen tanto el calor. Son buenos si vas a tomar mate apenas preparás el agua y hay mucho riesgo de golpes o caidas.
El rey de los materiales es, sin dudas, el acero inoxidable. Es resistente, mantiene la temperatura como los dioses y no cambia el sabor del agua. Es clave para que el mate salga rico. Otros materiales como el plástico o el vidrio pueden servir, pero si querés algo que dure y funcione bien, yo te recomiendo que vayas por el acero inoxidable. Es lo mejor para cebar sin preocuparte.
La capacidad del termo depende de cómo tomes mate. Si sos de los que disfrutan solos o hacen escapadas cortas, uno de 500 ml está perfecto. Ahora, si sos de los que se clavan largas rondas de mate con amigos, uno de 1 litro o más es tu mejor amigo. Es simple: cuanto más grande el termo, menos tenés que recargar. Elegí según tu estilo, ¡pero no te quedes corto!
Acá hay una gran diferencia: el termo cebador tiene un pico especial que te deja controlar la cantidad de agua al cebar, sin mojar toda la yerba ni hacer lío. Es el que uso siempre porque es práctico y me asegura un mate perfecto. En cambio, los termos tradicionales son más genéricos y sirven para todo tipo de bebidas, pero no están pensados exclusivamente para el mate. Así que si el mate es tu pasión, ¡andá por el cebador!
Te soy sincera: la marca importa, y mucho. Las marcas reconocidas no son solo un nombre, sino una garantía de calidad. Tienen mejores materiales, aislamiento térmico y suelen durar mucho más. Yo sé que a veces se puede encontrar algo bueno más barato, pero apostar por una marca confiable te ahorra dolores de cabeza a largo plazo.
Un buen regalo siempre es un termo que combine funcionalidad con un diseño copado. Yo buscaría uno de acero inoxidable, con capacidad suficiente y un pico cebador práctico. Si querés ir un paso más allá, podés elegir un set que incluya accesorios como una bombilla o un mate. ¡Ese tipo de regalos siempre dejan huella, porque son útiles y cargados de intención!
Acá te va mi recomendación: un buen termo para mate arranca más o menos en 20 euros y puede llegar a 200, dependiendo de la marca y las funciones. ¿Vale la pena gastar un poquito más? ¡Obvio! Porque un termo de calidad no solo mantiene el agua caliente por horas, sino que dura años. Los baratos te pueden salvar por un rato, pero después te arrepentís porque no rinden igual.